El intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, se encuentra atravesando una de las gestiones más deficientes de la provincia de Buenos Aires, con foco de reprobación en materia de seguridad. Ahora bien, las internas gubernamentales que se venían arrastrando, se terminaron de exponer en la Comisión de Transporte del pasado viernes.
Si bien pareció haber una puja entre el peronismo y el radicalismo a hora de los 121 nombramientos récord en la planta política, todo culminó con la intervención de la ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en la Unión Cívica Radical que generó rispideces.
La maratónica Audiencia Pública que se extendió durante casi siete horas, en el día de ayer se suspendió un nuevo encuentro en el marco del debate sobre el nuevo pliego del transporte público de pasajeros. Como consecuencia de un ruido interno dentro del Gabinete, donde el director general de Transporte, Guillermo Iglesias, se tomó licencia por ‘‘temas personales’’.
Claro está que distintas voces en el Ejecutivo lo ven más afuera que adentro del Gobierno. Según fuentes oficiales, el titular se siente “aislado” y “poniendo la cara” frente a la oposición y distintos sectores al pliego del transporte.
Justamente uno de los principales funcionarios del Ejecutivo, junto a Dante Galván, secretario de Movilidad Urbana, había sido citado ayer a la comisión. Pero tras las críticas vertidas en relación al plazo de la próxima concesión (podría llegar a 27 años), la accesibilidad de los colectivos y las frecuencias en los barrios periféricos, se resolvió suspender sin motivo aparente.
La convocatoria Informativa contó con la exposición de más de 100 vecinos y representantes de instituciones, con importantes aportes y duros cuestionamientos al diseño del Gobierno.
Cabe subrayar que los enfrentamientos entre funcionarios no es nada nuevo, y viene con historial en el pasado. Por ejemplo, cuando en el interior del Centro de Operaciones y Monitoreo llegaron a las piñas el ex secretario de Seguridad Darío Oroquieta, con el actual subsecretario Gustavo Jara, por diferencias acumuladas.
Radiografía de "Separados por el Cambio"
La UCR local devenía en traspiés con el edil desde antes de la victoria electoral en 2019, cuando Vilma Baragiola rechazó dar su apoyo luego de la caída en las PASO. Más bien, se mostró cercana hacia el sector del Frente de Todos, específicamente a Fernanda Raverta.
Luego de la asunción de Montenegro, el Radicalismo decidió conformar su propio bloque, en paralelo al de Juntos por el Cambio. A su vez, la Coalición Cívica ARI prefirió realizar lo propio, dejando aislado a un costado al PRO.
Dentro de los pasillos del municipio, se habla de que el origen de los conflictos resultó en la elección de Santiago Bonifatti como jefe de Gabinete, por su pasado como hombre de Gustavo Pulti y ex candidato comunal de Roberto Lavagna.
A todo ello se suma que el PRO ha profundizado en una grieta interna por el nombramiento del empresario Emiliano Giri como referente del espacio en General Pueyrredón. Ese movimiento de Montenegro, generó turbulencias por la puja de poderes entre el senador bonaerense Lucas Fiorini y pequeños sectores desarticulados de Propuesta Republicana.
Tras todo lo referido, se puede dejar en claro que el intendente no ha sido capaz de unir todas las piezas en una sola fuerza, como tampoco llevó adelante la gestión que se le cae a pedazos. Una grieta gubernamental que, si bien ya estaba expuesta, brotó hacia el exterior con un simple pliegue de comitiva.
