Política
Paralelismos

La ciudad se encuentra sumergida en La Grieta de los extremos

Juntos y Todos ya no son la especialidad de la casa. (Dibujo: NOVA)

“Tanto la izquierda como la derecha, expresan una forma antisistémica de lo que expresa la democracia actual y termina siendo de vital elección en la sociedad argentina que tanto ha sido adepta a los golpes militares”, expresa la frase mayormente conocida por el filósofo local Juan Carlos Monedero.

El año 2021 ha sido electoral, no para la Presidencia sino más bien para cargos legislativos (concejales, senadores y diputados), y representó una sorpresa para propios y extraños. Ya que, los resultados expusieron una baja participación ciudadana, amén de también sentenciar el incremento duro de sectores afines a la izquierda y derecha. En muchos casos, elevándose por encima del peronismo federal como tercera fuerza.

Javier Milei y José Luis Espert, economistas liberales con estructuras de fuerte tendencia derechista, lograron hacerse con números superadores y hasta en Jujuy el Frente de Izquierda y de los Trabajadores se llevó un increíble 22 por ciento. El licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Maximiliano Bienenfeld, indica que se deben “diferenciar 2 motivos. En principal, el voto de la izquierda es una constitución que viene sosteniendo a lo largo del tiempo, a discrepancia del sufragio reaccionario o liberal” planteados por los referenciados al inicio.

Asimismo, en la ciudad de Mar del Plata, las primarias desembarcaron en un estimado del 9,79 por ciento de los sufragios para los espacios de la diestra como Avanza Libertad, Vocación Social, Partido Federal, Unión por Todos, Unión Celeste y Blanco, Partido Federal, Frente Patriota y Partido Conservador Popular. Unos 33.664 votantes escogieron dicho extremismo conservador, nacionalista y liberal.

Por otra parte, el 6,51 por ciento se inclinó hacia una opción progresista, comunista y socialista. Es decir, 20.954 electores votaron por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Nuevo MAS o el Partido Humanista.

Llegadas las generales, el contador Gustavo José representó a los famosos libertarios, pero no tuvo la potencia de las PASO y bajó su estimado a un 7,31, sin posibilidad de ingreso al Concejo Deliberante. Mismo destino para Alejandro Martínez que tampoco supero el piso y se quedó con un 5,92.

“Experiencias como Milei tienen que ver con hartazgo a la clase política y con un discurso más ligado a cuestiones de la superación personal”, sentencia el politólogo. Pero al mismo tiempo remarca: “Se tildan de liberales, pero tienen una conciencia muy conservadora que va en contra de libertades de las personas. Se adjudican el título pero sin serlo”.

El origen del gusto por los discursos duros

Mientras alrededor de lo que afirman los medios de comunicación tradicionales como Qué Digital, 0223 o hasta La Capital Mar del Plata, acerca de que el voto joven se inclina a la diestra, Bienenfeld sentencia que “no es así, porque los votos se vuelcan hacia los extremos radicalizados que también tiene a la izquierda”. Ambos cuentan con “una forma de acercarse hacia ‘quien defiende mis derechos’, desde una óptica muy distinta”.

Por otro costado, Sergio Morresi, doctor en Ciencia Política por la Universidad de San Pablo e investigador del CONICET, confirma que dicho fenómeno “se incrementa en todo el mundo. En el caso de Argentina, no tanto como en otros lugares”. “Las personas desilusionadas, no enojadas, les hace inclinarse a opciones más radicalizadas”, asevera.

Del mismo, resalta que ello “tiene que ver con que se abrió al estilo de ventana de oportunidades con la victoria de Cambiemos en el año 2015”. “Se otorgó la posibilidad de que otros espacios que estaban más a la derecha, tuvieran como una oportunidad de visualizarse mayoritariamente, a pesar de sus diferencias”, expresa.

Otro punto álgido tomado por los medios de comunicación era el hecho de señalar a Mar del Plata como una ciudad longeva sumergida en el conservadurismo, como argumento válido para dar por hecho que se trataba de un distrito de derecha. “Es cierto decir que los adultos mayores son más conservadores, pero no precisamente se deben inclinar a la derecha”, explica Morresi.

“Lo que yo investigué es el núcleo de los votantes de la derecha, lo cual abarca distintas capas sociales y no solo se trata de una clase alta o media-alta”, dijo algo preplejo. Y siguió: “Claramente se ha visto un incremento de jóvenes menores de 30 que se inclinan a la derecha”, al mismo modo de aseverar que “igualmente, se debe tomar con pinzas, ya que en las clases populares se trata de una personas con una familia. Se tratan de distintas formas de jóvenes”.

Otro de los importantes actores de las Ciencias Políticas, Rafael Briano, consigna en la teoría de que “se trata de un fenómeno global. Como docente en la Universidad Nacional de Mar del Plata y UFASTA, también se centra en explicar a los futuros politólogos acerca de dicho fenómeno reciente.

“Dichos factores globales ha convertido la derecha con ‘lo políticamente incorrecto’ en representación de la rebeldía. Sin función de ser algo posible de llegar a ganar una elección”, replica. En manera de recalcar el hecho de que hay una cierta oleada de extremos.

Por ejemplo, Chile se terminó enfrentando entre el pinochetista José Antonio Kast y el comunista confeso Gabriel Boric. Algo sumamente similar a lo que decantó la elección presidencial de 2020 en Perú con la hija del dictador Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, y el ya mandatario electo izquierdista Pedro Castillo.

Dicha modificación geopolítica que se visualizó netamente expresa con la llegada de personajes como Donald Trump (Estados Unidos), Jair Messias Bolsonaro (Brasil), Santiago Abascal (España), Marine Le Pen (Francia) y hasta el crecimiento germano de Alternativa Para Alemania, gestó una cierta reacción del espectro contrario. No hace bastante surgió la refundación de la “Patria Grande” con actores viejos como el brasileño Lula da Silva, José "Pepe" Mujica (Uruguay) y el dictador venezolano Nicolás Maduro.

“Las redes sociales y su globalización ha decantando en la polarización hacia los extremos, rompiendo el bipartidismo. Ya que, se informar respecto a sus ideas, con la ayuda de los algoritmos”, expresó Briano.

Ahora bien, resulta irrisorio y hasta increíble entender como la xenofobia, homofobia y hasta el machismo son tendencias que generan seguidores. “Los discursos de odio tienen que ver mucho con encontrar un ‘chivo expiatorio’ a la hora de descargarse van mutando para filtrarlo mediante propuestas electorales”, afirma con cierta sorpresa el intelectual.

El licenciado en Sociología y decano de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Enrique “Quique” Romanin, postula el hecho de que estos fenómenos adyacentes suceden “como consecuencia de que las personas buscan tipos de respuestas contestatarias, las cuales tiendan a negar una forma de organización social”.

Por otra parte, lo comprende como “una crisis de escala internacional y subnacional, decanta en lo que sucede en Mar del Plata, ya sea en hacienda como cultural”. Su llegada al plano local resulta extraña al ver a la “Argentina como el país con mayores derechos conquistados en lo cultural”, lo cual es raro ya que “al mismo tiempo la derecha cuenta con un avance significativo” dentro de un discurso arcaico.

Uno de los señalamientos imprescindibles de Romanin es la figura de la segunda impulsada en la lista de Milei, la polémica abogada Victoria Villarruel, quien reivindica a viva voz el Proceso de Reorganización Nacional. “Se entiende que Mar del Plata tiene una tradición histórica con las milicias, lo que como discurso acá se compra muy fácil”, sentencia.

En la misma línea, el politólogo y periodista marplatense Claudio D’Alessandro remarca que “esto sucede precisamente por un descontento de lo que demostraron hasta ahora muchos partidos opositores. Casi como un voto castigo a los 2 más grandes bloques”. Lo cual, le genera “miedo y hasta intriga dicho avance”.

“Se tratan de partidos que plantean como algo nuevo, una alternativa. El medido modus operandi que han transitado Juntos por el Cambio y Frente de Todos”, indica. Y agrega: “Mar del Plata tiene un sector exponencial más de derecha, o centroderecha. Excepto por la juventud que es más rebelde y se inclina hacia la centroizquierda”.

“Hay una derecha más liberal en el plano económico, y otra de sector más xenófoba u homófoba. Hay gente que busca nichos de quienes tiene una idea sola puesta, y la integran”, finaliza el comunicador D’Alessandro.

Derechistas avanzando a paso redoblado e izquierdistas oliendo a los ‘70

“Nosotros somos la derecha patriótica”, sentencia escueto el reconocido dirigente ultraconservador que actualmente conduce las filas de Renacer Federal, Carlos Gustavo Pampillón. Y continúa sin despeinarse: “Una cosa es la agenda del Globalismo, un Gobierno único o el Nuevo Orden Mundial, que tiene toda la basura que quieren imponer con el aborto y la ideología de género. Por otro lado, no hay que ser cerrados del mundo y no comerciar”.

“Un conservador o patriota no debe caer en el libertinaje, sino recoger los buenos valores del liberalismo”, se describe como base de su ideario. Lejos está aquel dirigente que alzaba su brazo emulando un saludo romano, que lejos está de representarlo.

“A la gente le gusta etiquetar o rotular por gusto, con la idea de romper con una nueva idea”, afirma Pampillón. Y, de repente, escupe: “La palabra ‘derecha’ estaba mal vista, pero es orden porque buscamos tener una Argentina vivible”.

Desde su misma vereda, pero evitando golpearse contra la pared, el ingeniero libertario y representante del Partido Autonomista Nacional (PAN), Hernán Alcolea, indica que “los 2 grandes polos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio no han sabido contener los liberales (en el caso de JxC) y a esa izquierda más duro (por el lado del FdT)”. Y añade: “Para ambos espectros, les resultó mejor revalidar sus títulos yendo por fuera, en las últimas elecciones legislativas”.

“La Argentina basada en el Estado, la izquierda, el comunismo, los Montoneros e incluso ha llegado a integrar al peronismo, se ha ido tan hacia la siniestra que quienes estamos en el centro somos ubicados en la derecha”, concluye de manera controversial el dirigente liberal.

Ya desde el otro costado, Alejandro Martínez, dirigente histórico del Partido Obrero, también lo define como sus contrarios: “Es una crisis de los grandes partidos, ante la incapacidad que tienen para poder resolver las problemáticas del país. Se trata de una reacción, a nuestra manera de ver, que no refleja una superación ante los problemas que nos han sumergido las alianzas de estos últimos años”.

Sin embargo, para poder discrepar rápidamente de la derecha, expresa que dicho avance “expresa rechazo hacia la conquista de los derechos del aborto y hasta de la mayor presencia de las mujeres. También está en contra de apoyar a las minorías sexuales”.

“No se trata de un fenómeno municipal y tampoco nacional, es internacional. El estallido se ha dado con la aparición en el año 2016 de Donald Trump y luego con Bolsonaro”, indica con una visión más Globalista del asunto el representante del PO.

El socialista y referente del Nuevo MAS, Marcos Pascuán, se anima a afirmar que “el crecimiento de la derecha está un poco inflado por los medios de comunicación, tras mantener figuras de ese costado como jefes. Porque replican con esos intereses”. A pesar de que su espacio no llegó más allá de las PASO, y hasta la misma izquierda en plenitud no superó a la derecha liberal.

Del mismo modo, señala dicho desprendimiento a que “con las escuelas y facultades cerradas, la derecha ha aprovechado esa falta de discusión ha canalizado su porción de votantes”. “El Gobierno nacional ha regalado en un punto a esos sectores tras el cierre de los establecimientos”, estima.

“Hay una nueva generación que comienza a ver con otros ojos la discusión de diversos temas, con lo cual termina gestándose ese fraccionamiento hacia los extremos”, expresó Pascuán. Y, del mismo modo, sentenció: “Dentro de la corrección política, y la incorrección de la derecha, se generan polos que no son tibios y llaman la atención”.

Por último, el líder del progresismo desde el Partido Humanista (PH), Francisco “Paco” Senno, radica en que no cree que se trate de “un avance, sino defecto del progresismo a la hora de ofrecer respuestas a las personas”. “”Resulta ser una crisis de la política misma”, indicó.

“La democracia tiene muchas deficiencias por la falta de inclusión social, dejando que haya espacios como la derecha que tienden a querer sustituirla”, concluyó con total polémica. Casi llevando adelante la discursiva irruptora de ciertos espectros de derecha que añoran el Gobierno cívico-militar de los ’70.

Ante todo lo referido, es propicio dejar en claro que la derecha ha dejado en claro un avance muy explosivo, a tan poco plazo. Mientras tanto la izquierda, a través de una larga predica de años, encontró un enemigo en donde reflejarse desde las antípodas y generar debate, otorgándole un incremento de adeptos.

Esto último se traduce en un nuevo campo de ideas que, ante el desgaste y la falta de discrepancias entre los bloques mayoritarios más la “tibieza” demostrada en ciertos aspectos, las personas encuentren un nuevo nicho. Se culminan en un alejamiento del centro y se encuentra un calor más cómodo en los extremos radicales.

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