La concejal de Mar del Plata por el Partido Tercera Posición (3P), Ilda Mercedes Morro, se encuentra relegada por la coalición de Juntos. Ya sea, por su pérdida de fuerza mediante la supresión de la Unión de trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) o bien debido a que se jubilará en una vez cumplido su mandato.
En contraposición, la imagen de la figura política del subsecretario de Inspección General, Marcelo Cardoso, ha despojado a la ex sindicalista gastronómica de ser la “pata peronista” de Juntos. Teniendo así también al hombre de Obras Sanitarias, Daniel Díaz, como otro emergente del peronismo en el Gobierno de Guillermo Montenegro.
Desde hace tiempo, en el radiopasillo del Palacio Municipal se comunica que Morro ya no está en los planes de renovación, al igual que todo su espacio y todo pasa un poco más por Cardoso con el Peronismo Republicano de Miguel Ángel Pichetto, o bien mediante Díaz y sus acercamientos con la diputada Graciela Camaño, jerarca de 3P.
Siguiendo la misma línea, otro de los peronistas que toman algo de mando desde los sectores de la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, es UNIR con Emilio Sucar Grau. Amén de tener también en el Gabinete municipal al asesor municipal Cristian Lence.
Claro está que ha bajado varios escalones Morro en lo que es el Gobierno de Juntos del Municipio de General Pueyrredón (MGP). Perdiendo así hasta el apoyo del mismísimo titular nacional de UTHGRA, Luis Barrionuevo. Como si fuera poco, Camaño tampoco tiene una buena imagen de la concejal.
Por el costado de la edil, ella busca poner familiares o personas de confianza para poder retirarse sin escándalo del Concejo Deliberante. Ahora bien, en paralelo, se organiza otra vez para las próximas elecciones sindicales y visualizarse como enemiga del actual titular local gastronómico Pablo Santín.
“Morro perdió el sindicato que era su único sostén. Porque políticamente no tiene gente que la siga, o bien un peso mediático. El próximo año no hay más de ella en la lista”, sentenciaron desde un “off the record” importante del Gabinete de Montenegro. Y añadieron a NOVA: “Hoy solo sirve como un voto más, sin siquiera argumentar nada”.
