En primer lugar, el portero albiceleste se encargó de seguir los lineamientos de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), sobre no ofrecer el campeonato del mundo como logro a ninguna gestión política. No mezclar las cosas en síntesis. Por ende, rechazó y dejó plantado al Gobierno de Guillermo Montenegro en uno de los tantos festejos.

Por consiguiente, no dejó escapar su recibimiento en el Arena Fest de Las Toscas, llevando sus logros propios y colectivos, frente a unos 150 mil espectadores. Allí no rechazó todo lo que tuvo para ofrecer el Municipio de General Pueyrredón (MGP), desde una bandera con el logo de la gestión y esa incómoda presencia de funcionarios locales.

Todos los integrantes del Gabinete de Montenegro querían tener su foto propia, aunque la seguridad privada del jugador hizo la labor de no permitirlo. Del mismo modo, si dejó que la gente hiciera lo suyo.

La prensa de la Comuna se apuró a sacar el material correspondiente al evento y colgarse la medalla como algo propio. Ahora bien, "Dibu" no se achicó a nombrar al edil Fernando Muro, como también a Montenegro, para agradecerles por el proyecto de la estatua en su honor.

Vale recalcar que, desde el Frente de Todos (FdT), no hay posturas contrarias, entendiendo que sería un suicidio oponerse a un sentido homenaje. "Dibu" logró dejar "La Grieta" de lado. Sin embargo, siempre inclinado con guiños hacia Juntos.

Ante todo lo referido, "Dibu" ahora se mantiene como una pieza fundamental que no debe abandonar el intendente de Mar del Plata, más aún por su figura en manera de peso internacional. El portero albiceleste va colgado con la medalla de lo que debe hacer el vecino marplatense.