Sin embargo, su recorrido político tuvo un giro inesperado tras el final de la gestión del ex intendente Carlos Fernando Arroyo. Layera quedó desempleado y sin renovación laboral en la planta temporal del Concejo Deliberante de General Pueyrredon. Para su sorpresa, su propio hijo, el ex edil Guillermo Arroyo de Agrupación Atlántica, no intervino a su favor, dejándolo en una situación de desamparo.

El punto más crítico de esta historia ocurrió cuando Layera sufrió un infarto en pleno edificio legislativo. Un amigo cercano lo asistió y lo llevó a su casa, evitando un desenlace fatal. Sin embargo, un dato perturbador salió a la luz: la gestión arroyista no había pagado en tiempo y forma la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART), dejando al dirigente sin cobertura ante una emergencia de salud.

Hubo muchos, incluso ex compañeros de trayectoria, que contribuyeron para que Layera hoy esté de nuevo en Mar del Plata con buena salud. Ariel Layera padece una cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca crónica, pero gracias a la atención que recibió en el Hospital Centenario de Rosario, en la provincia de Santa Fe, está compensado y dispuesto a seguir trabajando.

Hoy, Ariel Layera enfrenta un presente desafiante, marcado por la falta de respaldo de quienes alguna vez estuvieron cerca suyo. Su historia es un reflejo de las contradicciones y los vaivenes de la política marplatense, donde los vínculos y lealtades pueden desmoronarse en un instante.