La movida política de Abad se da en un contexto controversial. Durante sus dos períodos al frente de la UCR bonaerense, el centenario partido fue reducido a su mínima expresión electoral.

Su gestión estuvo marcada por alianzas cuestionadas, como la intervención minoritaria con el PRO en Juntos por el Cambio y su estrecha vinculación con el intendente marplatense Guillermo Montenegro, quien lo consideró "su único socio político".

En el encuentro, que contó con la presencia de Gustavo Posse y Daniel Salvador, Abad reconoció los desafíos del partido: "Durante muchos años el radicalismo tuvo estrategias inteligentes y trabajo en equipo. Pero la falta de visión de futuro nos debilitó".

Su discurso apuntó contra el esquema de alianzas actual, del cual justamente su sector fue protagonista.

"No quiero un radicalismo a la deriva esperando que alguien le tire un salvavidas. Quiero un radicalismo que construya su propio barco", enfatizó el senador, quien percibe 10 millones de pesos mensuales y proyecta su candidatura para negociar cargos en 2027.

La UCR bonaerense atraviesa un momento crítico tras malos resultados electorales y una frustrada elección interna judicializada.

Abad también es recordado por mantener cerrado el comité local de Mar del Plata durante tres años.