En diciembre, Roxana pagó los gastos de contrato y se mudó al departamento ubicado en frente a la Terminal de Mar del Plata junto a sus hijos y pareja.

Pero el 1 de enero de 2016 comenzó con el pie izquierdo para Miriam. Su inquilina no pagó y desde allí comenzaron las amenazas hacia ella y su familia. “Me decían que me iban a tirar desde el balcón si me acercaba a cobrarles lo que correspondía”, contó a NOVA. “Encima la inmobiliaria no se hizo cargo”, agregó.

Entonces, “seguí peleando por mi casa, hablé con los jefes de ella y no quería acércame al lugar porque el novio- patovica- me decía que me iba a matar”. En marzo de ese año no le entregó la propiedad y “la única posibilidad para devolverme era si le pagaba 24 mil pesos, cosa que no hice”.

“Contacté con un abogado y empecé a hacer denuncias al respecto”, sostuvo Llorens quien para ese entonces tenía 32 años de servicio como policía y estaba próxima a jubilarse.

A fines de junio de 2016, en ese entonces el subjefe de policía –actual jefe de la Bonaerense- Fabián Perroni defendió a la usurpadora por trabajar con Monteresi. “Es mi casa, voy a recuperarla porque a mí nadie me regaló nada”, le dijo en cara a Perroni.

Los meses pasaban y el departamento seguía usurpado por la suboficial que era amparada por otros. “Viajé a La Plata y llorando hablé con un asesor de la gobernadora –María Eugenia Vidal- y le mostré todas las pruebas que tenía, incluso le escribí una carta contando el sacrificio que me costó para conseguir mi casa”, amplió.

“La gobernadora mandó dos memorándum de urgencia, uno a Asuntos Internos y otro al Ministerio de justicia y como tenía un sumario de 2012 me echaron, me dieron una baja provisoria”, expresó.

Sorpresivamente, Llorens fue cesanteada en mayo de 2017 de la Bonaerense y a pesar de los reclamos se queda sin obra social. “El 8 de septiembre la jubilaron pero continúo sin cobrar lo adeudado”, resumió.

Por otro lado, el departamento por una orden de una autoridad máxima fue desalojado por estas personas aunque quedó en condiciones deplorables. “Gracias a la corrupción policía me quedé en la calle, sin mi único departamento, sin sueldo, hicieron abandono de persona”, completó indignada.

Siguiendo el refrán: “Un ladrón que le roba a otro ladrón tiene 100 años de perdón”, ¿cuántos años de perdón tendrá un policía que usurpa a otro policía?