Política
Realiza publicaciones a favor de la mujer

Malos tratos en el HCD: Bordaisco en la mira por lenguaje mal hablado y tratos agresivos

Tras ganar las elecciones internas de la Unión Cívica Radical en Mar del Plata, afirman que han empeorado las actitudes de Ariel Martínez Bordaisco con sus asesores.

El presidente del Honorable Concejo Deliberante, Ariel Martínez Bordaisco, estaría siendo una constante amenaza para sus asesores privados y demás compañeros del Bloque de la UCR. Desde insultos, violencia física o indiferencia por creerse mejor.

Hace unos días, fue noticia por su idea de despachar a la concejala radical, Vilma Baragiola, con ayuda de su amigo Maximiliano Abad, legislador nacional. ‘‘Si bien dice querer cambiarle la cara a los radicales en la ciudad y unirlos, la verdad es que se quiere convertir en el único referente porque está subido a la calesita’’, expresan algunos en la sede del radicalismo, ubicada en San Martín 3784.

Mientras en las redes sociales, por ser funcionario público, realiza publicaciones a favor de los derechos de la mujer y contra la violencia de género, la realidad puertas dentro sería otra. ‘‘Se la pasa gritando si no se vota como él quiere, ignora totalmente lo que dice uno, porque pierde validez si no va con lo que piensa’’, afirman desde los pasillos del Palacio Municipal.

Un claro ejemplo de ello, resultó cuando se cruzó con su par radical, Cristina Coria, a quien no le otorgó la palabra por no tener su apoyo para ser reelecto frente al HCD. Todo resultó en el contexto de las elecciones internas para definir a las autoridades legislativas locales, por lo que a la siguiente sesión obligatoria hubo reclamos y cruces.

‘‘Me llegó a tomar del brazo fuerte y a destratar contantemente, por el solo hecho de no aceptar una cita con él’’, afirma una de sus asesoras a NOVA. Y añade: ‘‘como todo hombre que se proclama feminista, es sumamente diferente y lo usa para los votos’’.

No solo se lleva mal con las mujeres de su administración, porque sería una constante la exigencia que infiere en el resto de su equipo. Algunos solamente recibirían insultos, sin justificativo alguno. Hay quienes sentencian que, desde su victoria en las internas, se ha vuelto más pedante que de costumbre.

Ante lo acontecido, vale recalcar que la máxima autoridad del Concejo Deliberante parece no tener escrúpulo alguno a la hora de tener que limitarse. Ya ni sus asesores aceptan la presión misma que se les impone, por lo que no parece haber unión alguna en sus costumbres.

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