Junto al legislador provincial Roberto Costa, intentaron presionar a la oposición con Vecinos Unidos. Sin embargo, no les habría gustado el gesto y, a su vez, entendieron que no son una fuerza política de mucha importancia en la Quinta Sección electoral.

Fiorini ya no encanta ajenos ni propios, porque entienden que es una especie de camaleón político que se acomoda según la situación. Su recorrido entre oficialismo y oposición, acorde a conveniencias, ya le ha comenzado a pasar factura.

“Empezó por el menemismo, pasó al kirchnerismo y, después del massimo, decantó en el macrismo. No tiene goyete. Y hasta ahora coqueteó con liberales”, expresan desde su entorno en el ámbito de Mar del Plata. Y añaden: “le dijimos desde su equipo que ya no tendría lugar, y no nos dio bolilla”.

El legislador de Juntos por el Cambio tiene las horas contadas, por su pasantía constante entre Vidal y Larreta, por lo que se quedó sin pan y torta. Además, los coqueteos y reuniones que mantuvo con referentes del círculo liberal, lo dejaron mal parado en las negociaciones de la rosca política.

“Podría decirse que Fiorini es una especia de muerto político, tan casi como el diputado Alberto Asseff”, sentencian desde su círculo. Y agregan con desgano: “está en esa fila de los traidores, a tal punto que muchos abandonan su barco hacia otras filas del peronismo disidente”.

Ante todo lo referido, vale dejar en claro que este personaje oscuro ya no tendría vida política que le valga. Desde su entorno, aseguran que se encuentra desesperado por negociar una banca de cualquier tipo. ¿Acaso quiere volver a festejar como, según desde su entorno dijeron, lo hizo a todo lujo de excesos?