“Abonjo es quien ata los hilos, consigue las herramientas y le obliga a Lucas lo que tiene que hacer”, expresó a NOVA una persona muy ligada al círculo del senador por la provincia de Buenos Aires. Y añade: “para poder negociar lugares o demás, es necesario pasar a través de él”.

Otro de los cabecillas de la mesa chica es Maximiliano Berman, quien se encuentra al frente del armado en la juventud de Crear. Sin embargo, el que más peso tiene en todo lo que confiere a reuniones, encuentros y decisiones es el Monje.

Quienes lo han tratado constantemente, afirman que conlleva una serie grotesca de “actitudes con cierto límite de violencia”, amén de que muchas veces llega hasta los golpes de puño. Si bien lo consideran una persona de palabra, se sobreentiende que para el consenso resulta ser “de lo más terco”.

En la misma línea, lo que sucedió dentro de Juntos por el Cambio y el acercamiento mínimo hacia el Frente de Todos, está en sus manos y forma de ir llevando la política de café. Del mismo modo, quienes aseveran haberle dado consejos de frente, indican que menciona su distinguida frase: “de esta forma hemos llegado a donde estamos, no hay otra manera”.

Ante todo lo referido y mencionado a lo largo del artículo, queda fijo que la figura camaleonesca y el constante desfiguramiento de rupturas ha sido amalgamado por Abonjo. La constancia de Fiorini y el territorio de Crear, fueron logros que se lleva a los laureles el Monje Negro.