Además: “Las mujeres que acuden a dicho lugar son revictimizadas y no son asesoradas. Se les niega un médico de turno si son abusadas o violadas o el médico no está y no se les quiere tomar la denuncia”.

Como si fuera poco “el personal que atiende no está capacitado en género, encubre a los mismos colegas si el denunciado pertenece a su fuerza de seguridad”.

En ese sentido, Luciana indicó que “no leen la denuncia ya redactada ni comentan todas las posibilidades que posee la víctima, ejemplo gabinete interdisciplinario, botón antipánico, medidas de restricción, hogar transitorio o exclusión del agresor”.

La responsable de Furia Feminista en Mar del Plata, manifestó que “no hay presupuesto en emergencia de violencia de género, por lo tanto están faltando botones antipánico, una patrulla de género en todo Mar del Plata y Batán. Se reciben aproximadamente 700 denuncias por día en las comisarías de la mujer, no hay personal, (solo hay tres policías por turno), la Casa de la Mujer solo atiende de lunes a viernes de 8 a 14, no de lunes a lunes las 24 horas. Sólo hay tres Comisarías de la Mujer en la ciudad de Mar del Plata”.

Por último, “plantear el uso del botón que las victimas deben recargar a cada instante y que es quitado cuando caduca la restricción, el personal que entrega el botón no trata bien a la víctima y la juzga cuando no tiene batería el aparato electrónico”.

También sostuvo que es “una carga más para las mujeres que sufren violencia de género sumado a la inoperancia y complicidad del Poder Judicial que no están formados en perspectiva de género y exponen en plenarios la necesidad de hacer cursos al maltratador para que deje de maltratar a sus parejas, hijos, familiares y sin ningún tipo de condena ni social ni del Estado”.

También enumeró a fiscales, jueces, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales que encubren a femicidas, abusadores y maltratadores, mediante la re vinculación y el síndrome de alienación parental”.

En referencia a lo económico, “las mujeres que pueden huir de su hogar no tienen dónde ir, en nuestra ciudad no hay un hogar en condiciones ni está pensado un hotel o viviendas para estas mujeres y sus hijos, sus trabajos no poseen guarderías y son de muchas horas, lo que dificulta poder salir adelante con todo. Los trámites de cuota alimentaria son extensos, burocráticos y si el padre no paga la cuota alimentaria o se queda con la vivienda de la familia la ‘justicia patriarcal’ no hace nada”.