El intendente, Carlos Arroyo, de pésima gestión y peor imagen entre los vecinos de su distrito, sigue amagando con ir a la reelección, ya sea por dentro de la alianza Cambiemos o presentando su propio espacio vecinal, y si lo hace con el sello del oficialismo corre el riesgo de no contar con el aval de la gobernadora María Eugenia Vidal que probablemente no habilite las internas en ningún distrito bonaerense.
Como ya ocurrió en el pasado, el distrito balneario tiene una nutrida opción de precandidatos de Cambiemos, con Guillermo Montenegro como principal figura del PRO, y al "lilito" Guillermo Castello con intenciones de competir ya que no tiene chances de renovar su banca en la Cámara de Diputados.
Por el lado del radicalismo la disputa entre la eterna precandidata Vilma Baragiola y el diputado Maximiliano Abad no se termina de definir y nadie descarta que a última hora pueda aparecer algún otro candidato radical que intente superar la grieta que existe entre esos dos dirigentes.
Es decir que si Cambiemos habilita a diferentes listas a competir en las PASO podría ir a un escenario con por lo menos 4 precandidatos a intendente, lo que dispersaría peligrosamente los votos del oficialismo en uno de los distritos en los que en 2015 y 2017 logró cifras récord en todas las categorías que se eligieron.
La situación favorece al ex intendente Gustavo Pulti que, si bien lanzó su precandidatura bajo su sello "Acción Marplatense", tiene buenos vínculos con el peronismo y podría terminar sumándose al Frente Patriótico de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
