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Contaminación

En la Costa, el agua peor que la caca

Hoy, agua ni apta para animales.

Se gastaron millones de pesos, como se puede observar en el video de octubre de 2016, dicho por el mismo intendente Juan Pablo de Jesús y en otro más reciente cuando el funcionario contesta a la vecina que la Provincia da partida de 5 millones y que pronto, estaría al agua potable, informa el portal Noticias la Costa.

Hoy, el agua, ni apta para animales.

¿Que ha llevado al agua de la Costa, a que sea peor que la caca? Ausencia del Estado, oídos sordos a reclamos vecinales, depredación forestal, de médanos, basural abierto en General Lavalle, pozos fecales a falta de cloacas, ¿falta de voluntad?

La contrapartida: hace unos años (2013), Hamilton Nolan, expuso diversas opiniones científicas que exploran la posibilidad de que el ser humano vuelva a ingerir sus propias heces. Daniel Pomp, profesor en UNC School of Global Public Health, asegura que comer heces no es del todo dañino si éstas provienen de un individuo saludable, pues las bacterias que ahí se encuentran son las mismas que viven en el sistema digestivo de quien las produce. Incluso refiere una investigación publicada hace poco en el New England Journal of Medicine en la que se descubrió que trasplantar heces de un individuo a los intestinos de otro, cura con mayor efectividad ciertas infecciones bacterianas que los antibióticos regulares.

Parul Agarwal, profesor asistente de Gastroenterología y Hepatología en la Universidad de Wisconsin, comparte un punto de vista similar sobre el asunto: consumir los desechos corporales es “perfectamente sano”, dice, porque la orina es estéril y porque la materia fecal, aunque no tiene esta misma característica, tiene la ventaja de que los organismos posiblemente tóxicos son los mismos que ya llevas contigo.

Lars Eckmann, de la Universidad de California en San Diego, abunda sobre el tema, también reconoce que en teoría la coprofagia no es tóxica (siempre que las heces no estén contaminadas).

Las tres respuestas son más o menos parecidas: comer tus propias heces no te enfermará solo si no estás enfermo; comer las heces de otra persona podría enfermarte, y también te da la oportunidad de reabsorber nutrientes. En suma, las probabilidades parecen más favorables que perjudiciales. Pero, aun así, ¿lo harías?

Ahora bien, lo que no se debería hacer, es consumir el agua de La Costa, por lo que nos resulta triste, lamentable, penoso, es descubrir que es peor que la mierda, o la mierda es mejor. El agua contaminada va más lejos de causar una gastroenterocolitis, el consumo de agua no tratada, la cual lleva como nombre agua bruta o a agua cruda, puede causar enfermedades como diarrea, fiebre tifoidea, hepatitis A, infección intestinal causada por giardiasis, leptospirosis, amebiasis y otras enfermedades como el cólera, rotavirus o norovirus. La contaminación puede ocurrir por la ingestión de agua no potable, o a través del consumo de alimentos cocinados o lavados con agua contaminada.

Hace años que vecinos del Partido de La Costa vienen reclamando por este bien natural, el "agua potable". En pleno hervidero político, mujeres de Santa Teresita se acercaron a dirigentes que visitaron La Costa, como lo hicieron con Fernando Espinoza y con el senador Miguel Ángel Pichetto, este último tuvo la valentía de probar el agua y mostrarse sorprendido, formulando preguntas como: “¿fueron a hablar con las autoridades municipales? ¡Estos es histórico!”, afirmó.

Lo cierto que la tareas de reclamos es incansable y en Santa Teresita, sobre costanera, es la cara triste del Partido de la Costa, "la doble postal": de un lado una Carabela de millones de pesos y en frente canilla comunitaria, porque allí se juntan los vecinos con bidones a recolectar agua, un poco mejor de la que puede salir de sus canillas. "Obviamente que el intendente lo sabe señor Pichetto, pero todo sigue igual, lo que hicieron es crear puntos de canillas, donde con bidones solemos concurrir" afirmó una vecina.

Josh Evans está estudiando un posgrado en Cambridge. Estuvo al frente de las investigaciones llevadas a cabo por el Nordic Food Lab de Copenhague y aparece en el documental BUGS. “Con frecuencia, la materia fecal conserva cerca de un 50 por ciento de la energía contenida en el alimento original. En principio, utilizando el sistema de tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de separación de que disponemos actualmente, podríamos obtener compuestos nutricionales puros que, combinados de forma distinta, podrían servir para suplir nuestras necesidades de alimentación. Con el tiempo, todas estas tecnologías se irían desarrollando y sofisticando…”.

“Cuando ya no necesitemos comernos a las vacas y a las de su especie, podremos dejarlas en libertad y recolectar sus heces para procesarlas de forma similar a las nuestras. La ética animal será un tema de debate. Los únicos organismos que necesitaremos para alimentarnos serán los microbios que, además, ya forman parte de nuestro cuerpo. Garantizar la recuperación del 100 por cien de la energía, o incluso más, va a suponer todo un reto de diseño”, expresó.

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