Acusan a la jefa de la Anses de provocar a la familia de un joven asesinado por la Policía
La jefa de la Anses en Mar del Plata, Adelina Mortorella, está nuevamente en el ojo de la tormenta. Luego de ser denunciada por haber “marcado” a los trabajadores cuando filmó con su celular a aquellos se adherían a un paro, ahora fue acusada de usar el Facebook de su marido para vertir agravios en la página que pide justicia por Thomás Pérez, un joven de 17 años asesinado por el policía Santiago Pérez en 2014 en la ciudad balnearia.
“El que mal anda, mal acaba”, fue la primera publicación enviada desde el perfil de Ángel Daniel Álvarez, esposo de Mortorella, quien se muestra junto a la funcionaria en varias fotos de la red social. Pero la provocación no quedó ahí: ante el rechazo de la familia de Pérez, el hombre expresó: “A mis hijos no les pinta robar”.
Según relató su hermana Yésica Maldonado a NOVA, Thomás iba junto a su hermano Leandro en moto hacia la playa. En el camino se cruzaron con el oficial Pérez, que acusó a los chicos de haber intentado robarle y abrió fuego contra ellos. Las pericias, sin embargo, dieron por tierra la versión oficial: la pistola que, en teoría, tenían los jóvenes no podía efectuar disparos. Es decir, que no hubo tiroteo ni enfrentamiento. Los únicos balazos acreditados salieron del arma de Pérez, que estaba de civil y, según Leandro, único testigo presencial y sobreviviente, no se identificó.
“La primera fiscal que tuvimos, Andrea Gómez de UFI 4, se mostró parcial los 11 meses que estuvo a cargo de la causa; a los 18 meses asumió Juan Pablo Lódola, quien cambió la caratula de Homicidio en Legítima Defensa a Homicidio Agravado por el uso de arma de fuego. A él nunca lo conocimos, hasta que nos enteramos que se apartó porque el juez Daniel De Marco elevó la causa a juicio y sobreseyeron a Pérez”, relató la mujer.
Según informó la familia del joven fallecido, el uniformado también enfrenta un juicio por venta de vehículos apócrifos. “Quiero que pague una condena como corresponde por el homicidio de mi hermano. El dolor que sentimos por su absolución es inmenso”, concluyó Maldonado.
